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Vínculo curricular

ASIGNATURA: Etimologías Grecolatinas del Español

Primera unidad: Importancia de las etimologías grecolatinas del español

Aprendizajes esperados:

  • Estudio del alfabeto griego, de sus características y signos ortográficos
Recurso educativo desarrollado para el plan de estudios de la ENP de la UNAM. Versión 1.0.0
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CRÉDITOS

  • DGTIC
  • Coordinación de diseño didáctico :
    • Rebeca Valenzuela Argüelles
  • Coordinación del desarrollo:
    • Mario Alberto Hernández Mayorga
  • Coordinación del proyecto:
    • Teresa Vázquez Mantecón
  • Diseño didáctico:
    • Paula Abramo
  • Apoyo a diseño didáctico:
  • Corrección de estilo:
  • Diseño gráfico:
    • Luis Adrián Márquez Adame
  • Apoyo a diseño gráfico:
  • Desarrollo de sistemas:
    • Beatriz Rosales Rodríguez
  • Apoyo a desarrollo de sistemas:
Grafía
Mayúscula Minúscula
Α α
Β β
Γ γ
Δ δ
Ε ε
Ζ ζ
Η η
Θ θ
Ι ι
Κ κ
Λ λ
Μ μ
Ν ν
Ξ ξ
Ο ο
Π π
Ρ ρ
Σ σ, ς
Τ τ
Υ υ
Φ φ
Χ χ
Ψ ψ
Ω ω
EL ALFABETO GRIEGO

¡Bienvenido! ¿Ya conoces el alfabeto griego? Para estudiar la materia de etimologías es importante que estés familiarizado con él. Este recurso te pondrá en contacto con las letras griegas. Aprenderás también cuáles son los acentos, espíritus y signos de puntuación griegos. Verás cómo se trazan las letras griegas y cómo evolucionaron. ¡Esperamos que te diviertas!

bibliografía

Bibliografia

Fuentes consultadas

Etimologías:

  • AZNAR R., José I. y Tania ALARCÓN R., Etimologías grecolatinas. Orígenes del español, México, PEARSON Educación, 2ª ed., 2006.
  • CAMACHO Becerra, Heriberto, Juan José COMPARÁN Rizo y Felipe CASTILLO Robles, Manual de etimologías grecolatinas, México, Limusa, 3ª ed., 2004.
  • HERRERA Z., Tarsicio y Julio PIMENTEL. A., Etimología grecolatina del español, México, Porrúa, 2ª edición, 1979.
  • MATEOS M., Agustín, Etimologías grecolatinas del español, México, Editorial Esfinge, 8ª edición, 1974.
  • NIETO Mesa, Fernando, Raíces griegas y latinas, México, Trillas, 2005.

Lengua griega:

  • ROJAS, Álvares, Lourdes, Iniciación al griego I, México, UNAM, 1998.
  • TAPIA Zúñiga, Pedro C., Lecturas áticas. Iniciación a la filología griega I. México, UNAM, 1994.
  • TAPIA Zúñiga, Pedro C., Lecturas áticas. Iniciación a la filología griega II. México, UNAM, 1997.

Sistemas de escritura:

  • MOORHOUSE, A. C., Historia del alfabeto, México, FCE, 1961.
  • SALVADOR, Gregorio y Juan R. LODARES, Historia de las letras, México, Espasa, 1996.
  • SAMPSON Geoffrey, Sistemas de escritura, Barcelona, Gedisa, 1997.

Arte y mitología griegos:

  • BEAZLEY, John Davidson, The Development of Attic Black-Figure, Berkeley, Universiy of California Press, 2ª ed., revisada, 1986.
  • BOARDMAN, John, Athenian Black-Figure Vases, Londres, Thames and Hudson, 1974.
  • HAMILTON, Edith, La mitología, Barcelona, Daimon, 1976.
  • HOMERO, Ilíada, ed. y trad. de Antonio LOPEZ Eyre, Madrid, Cátedra, 7ª edición, 1999.

Fuentes de las imágenes:

  • Todas las imágenes de este objeto están tomadas de:
  • HOMERO, Odisea. Edición ilustrada por Gabriel de Roton con base en piezas de la cerámica griega clásica, Bordeaux, 1951.

¿Te has preguntado alguna vez
de dónde viene nuestro alfabeto
?

La invención de la escritura es uno de los logros más antiguos de la humanidad. Se remonta a unos cuatro mil años antes de nuestra era. Los primeros vestigios de escritura que tenemos son obra de la cultura sumeria, que desarrolló un sistema cuneiforme (llamado así porque se escribía con una cuña, sobre tablillas de arcilla o de metal). Sin embargo, los símbolos utilizados para escribir a lo largo del tiempo no han sido siempre tal y como los conocemos, e incluso hoy en día hay sistemas de escritura radicalmente distintos al nuestro.

De un sistema de escritura a otro no sólo cambian los grafemas (los símbolos), sino también lo que estos símbolos representan. Así, a lo largo de la historia de la humanidad ha habido, por ejemplo, sistemas de escritura logográficos (también llamados ideográficos), como el chino, en el que cada símbolo representa una idea, silábicos, como el antiguo sumerio y el minoico (en los que cada símbolo representa una sílaba), y alfabéticos, como el nuestro, en los que cada símbolo representa aproximadamente un fonema o sonido. A menudo estos sistemas no son puros y pueden ser parcialmente silábicos y parcialmente alfabéticos, por ejemplo.

Si lo piensas un poco, los sistemas alfabéticos son muy prácticos. Con un número relativamente reducido de símbolos es posible plasmar por escrito cualquier palabra, inclusive los términos recién inventados, y podemos aprender a utilizarlo en poco tiempo. ¿Te imaginas cuántos grafemas tendríamos que memorizar si existiera uno para cada una de las palabras de nuestra lengua? ¿Cuántos años tardaríamos en conocerlos todos?

El sistema de escritura que utilizarás en esta materia para escribir griego es un sistema alfabético, y precisamente a él le debemos nuestra palabra alfabeto, derivada de las dos primeras letras del abecedario griego: alfa (α) y beta (β).

A continuación te presentaremos cada una de las letras griegas, te diremos cómo se llama, cómo se traza, cómo se pronuncia y cómo se transcribe, pues no siempre la pronunciación coincide con la transcripción. Cuando termines, serás capaz de pronunciar cualquier palabra griega que encuentres en tu camino y podrás identificar las minúsculas y las mayúsculas.

No te dejes intimidar por el aspecto extraño de las letras. Verás que pronto, con un poco de práctica, te resultarán tan familiares como las que estás leyendo en este momento.

¿Sabías que...?

Leer más

Toca la letra que quieras estudiar

Α α
ἄλφα (alfa)
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¿Cómo se traza? ¿De dónde salió esta letra?

El alfa es la primera letra del alfabeto griego. Se trata de una vocal, cuya pronunciación equivale a nuestra a.

El griego tiene vocales largas y vocales breves. El símbolo que se utiliza para escribirlas (su grafía) a veces cambia. El alfa a veces es larga y a veces es breve, pero siempre se escribe igual. Por eso se le llama vocal indiferente.

El α siempre se transcribe como a, tanto al latín como al español.

Β β
βῆτα (beta)
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¿De dónde salió esta letra?

La beta es una consonante. Su sonido equivale al de nuestra b.

La beta minúscula puede escribirse con la grafía ϐ cuando no está al principio de la palabra, pero lo más seguro es que la encuentres casi siempre como β.

La β siempre se transcribe como b, tanto al latín como al español.

Γ γ
γάμμα (gama)
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¿Cómo se traza?

La gama es una consonante. Su pronunciación equivale casi siempre a la de nuestra g. Se pronuncia como g suave (como la g de gato) ante todas las vocales y casi todas las consonantes. Cuando la encuentres debes tener en cuenta que:

  • Nunca tiene el sonido de nuestra j.
  • Se pronuncia como una n cuando se encuentra frente a las consonantes: κ, χ, ξ u otra γ.

La γ se transcribe como g en latín y en español, excepto cuando se encuentra ante estas consonantes; entonces se transcribe como n.

Δ δ
δέλτα (delta)
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¿Cómo se traza?

Esta consonante se pronuncia como nuestra d.

La transcripción de la δ es siempre d, tanto al latín como al español.

¿Te has preguntado por qué llamamos delta a la desembocadura de ciertos ríos?
¡Mira la forma de la delta mayúscula y compárala con la forma de la
desembocadura del Nilo en un mapa!

Ε ε
ἔψιλον (épsilon)
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¿De dónde salió esta letra?

La épsilon es la vocal que los griegos utilizaban para escribir lo que pronunciaban como una e breve.

Mientras las vocales griegas largas se pronunciaban en dos tiempos, las breves se pronunciaban en uno. En la escuela no distinguimos entre la pronunciación breve y larga.

La ε se transcribe como e en latín y español.

Ζ ζ
ζῆτα (dseta)
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¿Cómo se traza?

La dseta es una consonante doble. Se le llama así porque reúne el sonido de dos consonantes simples, en este caso, d + s.

Es posible que en algunas regiones de Grecia esta letra pronunciara como sd.

La ζ se transcribe al latín como z y pasa igual al español, salvo ante las vocales e, i. Entonces se transcribe como c.

Η η
ἦτα (eta)
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¿Cómo se traza? ¿De dónde salió esta letra?

La eta es una vocal cuya pronunciación equivale a una e larga.

Recuerda: el griego tenía vocales largas y breves, aunque en la pronunciación escolar no las distingamos. La η es el equivalente largo de la ε y debió pronunciarse, originalmente, en dos tiempos.

La eta se transcribe al latín como e igual que al español

Θ θ
θῆτα (theta)
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¿Cómo se traza?

Esta consonante no tiene equivalente fonético en el español de México, pero si sabes algo de inglés, no tendrás problemas: se pronuncia como la th inglesa o, para más señas, como la z del español de España.

La θ se transcribe al latín como th y al español como t

Ι ι
ἰῶτα (iota)
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¿De dónde salió esta letra?

La iota es una vocal que se pronuncia como nuestra i.

Al igual que el α, la iota es una vocal indiferente, es decir, puede ser breve en algunos casos y larga en otros. Cuando forma diptongos con vocales largas como la η (eta), la α (larga) o la ω (omega), se suscribe, es decir, se escribe pequeñita debajo de esas otras vocales: ᾳ,ῃ,ῳ, a menos que estés escribiendo con mayúsculas. Cuando está escrita así, se le llama iota suscrita. Por ahora no te preocupes por ella. Sólo debes saber que, si te la encuentras, no debes pronunciarla.

En el alfabeto latino, la ι se transcribe como i. Lo mismo pasa en español, salvo cuando la iota está al principio de una palabra y seguida por las vocales a, e, o. En esos casos, se transcribe como y.

Κ κ
κάππα (kappa)
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¿De dónde salió esta letra?

La kappa es una consonante que se pronuncia, sencillamente, como k.

No presenta complicaciones tampoco para su transcripción: la κ se transcribe como c en el alfabeto latino y en el español.

Λ λ
λάμβδα (lambda)
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¿Cómo se traza?

La consonante lambda se pronuncia como la l, aún en aquellos casos en los que es doble, como en la palabra κάλλος, que significa belleza y se pronuncia cálos.

En el alfabeto latino y en el español, la λ se transcribe como l.

Μ μ
μῦ (my)
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¿De dónde salió esta letra?

La my es una consonante cuya pronunciación es igual a la de la m.

En el alfabeto latino y en español, la μ se transcribe como m.

Ν ν
νῦ (ny)
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¿De dónde salió esta letra?

La ny es una consonante. No debe representarte ningún problema: se pronuncia como la n.

La ν, se transcribe como n en el alfabeto latino. Pasa igual al español.

Ξ ξ
ξῖ (xi)
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¿Cómo se traza?

La xi es una consonante doble que se pronuncia como cs.

Además de la xi, el griego tiene otras dos consonantes dobles: la dseta (ζ), que se pronuncia como ds, y la psi (ψ), que se pronuncia como ps. En algunas partes de la antigua Grecia no se conocían grafías para estas consonantes dobles, así que se escribían uniendo las consonantes simples que componen su sonido: -κσ-, -δσ- y -πσ-, respectivamente.

En el alfabeto latino, la ξ, se transcribe como x.Pasa igual al español, salvo cuando se encuentra al final de la palabra. Entonces se transcribe como j.

Ο ο
ὂ μικρόν (ómicron)
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¿De dónde salió esta letra?

La ómicron es una vocal cuya pronunciación es la de una o breve.

El griego tiene vocales largas y breves. En dos casos (para representar el sonido de la E y el de la O), tiene letras distintas para distinguir la vocal larga de la breve. El equivalente largo de la ómicron, cuyo nombre significa «o pequeña», es la omega (ω), cuyo nombre significa “o grande”. En la escuela estas dos letras se pronuncian igual.

En el alfabeto latino y en español, la ο se transcribe como o.

Π π
πῖ (pi)
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¿Cómo se traza? ¿De dónde salió esta letra?

Esta consonante se pronuncia como nuestra p y se transcribe como p en latín y en español.

¡Seguro que ya la conoces! Es la famosa pi, que se usa en matemáticas para representar la relación entre el diámetro y la circunferencia de los círculos. Aunque los griegos conocían este número, no fueron los primeros en utilizar la π para simbolizarlo. Este uso matemático de la π es bastante reciente: inició en el siglo XVIII.

Ρ ρ
ῥῶ (rho)
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¿De dónde salió esta letra?

La rho es una consonante, que se pronuncia como nuestra r. Al igual que nuestra r, tiene un sonido fuerte cuando es doble (rr) o cuando se encuentra al principio de la palabra, y suave en los demás casos.

Cuando una palabra empieza con ρ, se escribe sobre esta letra un espíritu áspero (ῥ), que indica que esa r tiene un sonido fuerte (rr). Cuando la rho inicial es mayúscula, el espíritu no se escribe sobre ella, sino a la izquierda, como en el nombre de la isla griega Rodas: Ῥόδος.

La ρ se transcribe al latín como rh a inicio de palabra y como r en los demás casos. En español, se transcribe siempre como r. Cuando es doble, se conserva doble tanto en latín como en español.

Σ σ ς
σίγμα (sigma)
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¿Cómo se traza?

Estos tres símbolos representan la consonante sigma, que se pronuncia y transcribe como s.

  • La minúscula σ se utiliza al principio y en medio de palabra, como en σίγμα (sigma) o ἐστί (es).
  • La minúscula ς se escribe cuando está al final de la palabra, como en λίθος ( "lithos”, piedra).
  • La mayúscula Σ siempre se escribe igual, sin importar su posición en la palabra: ΣΥΝΔΕΣΜΟΣ ( “syndesmos”, conjunción).

Algunos libros utilizan las grafías c (minúscula) C mayúscula para representar la sigma. En estos casos, la c se utiliza en cualquier posición (cίγμα, ἐcτί, λίθοc).

Τ τ
ταῦ (tau)
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Esta consonante, llamada tau, se pronuncia como una t, y también se transcribe como t en latín y en español.

Como ves, es una letra sencilla. No hay gran cosa que decir sobre ella.

Υ υ
ὖψιλόν (ípsilon)
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Esta vocal es indiferente (puede ser larga o breve). Representa un sonido que no existe en español, algo parecido a la u francesa.

Para pronunciar la vocal, pon la boca y la lengua como si fueras a pronunciar una u y, manteniéndolas así, pronuncia una i.

La ípsilon siempre lleva espíritu áspero cuando está al principio de la palabra, así que en esos casos se pronuncia con una aspiración.

La υ se transcribe al latín como y (de ahí el término "i griega"), pero pasa al español como i.

Φ φ
φῖ (phi)
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¿Cómo se traza?

La phi (o fi) es una consonante que en la escuela pronunciamos como una f.

En realidad es posible que la phi no se pronunciara exactamente así. Pudo tratarse más bien de una especie de p aspirada, como si, al juntar los labios para pronunciar una p, dejaras salir un poco de aire. Quizá por eso los latinos, que conocían la f, no transcribieron la φ como f, sino como ph. Pero no debes preocuparte por esto ahora.

Los latinos transcribían la φ como ph, pero nosotros la transcribimos como f.

Χ χ
χῖ (ji)
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La consonante ji se pronuncia, escolarmente, como nuestra j.

Al igual que la φ (phi) y la θ (theta), la ji se pronunciaba con una aspiración, ésta vez antecedida por el sonido “k”, así que los latinos decidieron transcribirla precisamente así: ch.

Los latinos transcriben la χ como ch. Esta letra pasa al español como c (ante a/o/u) o como qu (ante i/e).

Ψ ψ
ψῖ (psi)
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¿Cómo se traza?

La psi es una consonante doble. Por su propio nombre imaginarás- y estarás en lo cierto- que su pronunciación reúne el sonido de la p con el de la s: ps.

En algunas partes de Grecia, en lugar de utilizarse esta letra se utilizaban los grupos consonánticos φσ o πσ.

La ψ pasa al latín y al español como ps.

Ω ω
ὦ μέγα (omega)
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La omega es la última letra del alfabeto griego. Es una vocal que representa el sonido o, largo. En la escuela se pronuncia como o.

Recuerda que el sonido o se escribe distinto cuando es breve. En esos casos, en lugar de la omega, se usa la ómicron.

La ω se transcribe como o al latín y al español.

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᾽ ῾

Estos dos curiosos símbolos tienen un nombre igualmente curioso: se llaman espíritus. Es importante que sepas distinguirlos. Uno de ellos modifica la transcripción de las palabras.

Los espíritus son signos que se colocan sobre la primera vocal de las palabras iniciadas en vocal.

Toda palabra que empiece en vocal debe llevar espíritu.

Estos signos indican si la vocal con la que empieza la palabra va acompañada de una aspiración.

El espíritu suave () indica que la vocal se pronuncia normalmente, es decir, no se aspira. Para efectos de transcripción, puedes simplemente ignorarlo.

El espíritu áspero, que es como una comita invertida () indica que la vocal con la que empieza la palabra debe aspirarse, es decir, debe pronunciarse como si los antecediera una j. El espíritu áspero sí se transcribe: pasa al latín y al español como una h al principio de la palabra. Así, la palabra ἡδονή (placer), que tiene espíritu áspero en la primera eta (η), debe pronunciarse “jedoné” y se transcribe como “hedone”.

Conforme avances en la materia te darás cuenta de que, con frecuencia, el espíritu no está encima de la vocal solito, sino acompañado de algún acento.

Por lo general, el espíritu se escribe a la izquierda del acento que lo acompaña sobre la vocal. Pero si el acento es circunflejo (), el espíritu se escribe debajo de él:

ὄνυξ (onyx – uña) ἓν (hen – uno) ἧπαρ (hepar – hígado)

Cuando la vocal inicial es mayúscula, el espíritu y el acento se escriben a la izquierda de la misma, salvo cuando todas las letras de la palabra sean mayúsculas. En esos, casos, nunca se escriben espíritus ni acentos.

Cuando no se trata de una sola vocal, sino de un diptongo, tanto el espíritu como el acento se escriben en la segunda vocal del diptongo, pero se pronuncian en la primera: ηὕρηκα (descubrí) no se pronuncia ejúreca, sino jéureca.

¿Demasiada información? ¡No te preocupes! Por ahora sólo mantente atento para que, al transcribir, no se te olvide poner una h al principio de las palabras que llevan espíritu áspero ().

´ ` ῀

Lo que ves a tu izquierda son los tres tipos de acentos que utiliza el griego antiguo.

En realidad no sabemos bien cómo sonaban, pero se sospecha que eran acentos tonales, esto es, que hacían que la vocal se pronunciara subiendo o bajando el tono, dependiendo del acento. Así, el acento agudo (´) se pronunciaría con un tono más alto, el acento grave (`) con un tono más bajo, y el circunflejo, se pronunciaría primero subiendo y luego bajando el tono.

Para efectos de esta materia, sólo debes recordar que el acento griego, sea agudo, grave o circunflejo, marca la sílaba tónica de la cada palabra.

También debes saber que, si la vocal acentuada es mayúscula, el acento (y el espíritu) se escriben a la izquierda de la vocal, salvo cuando escribas con puras mayúsculas: en esos casos nunca se usan espíritus ni acentos. Mira qué pasa con el nombre de la diosa Hera en uno y otro caso:

Ἥρα ΗΡΑ

Por último, debes tener presente que, cuando se trata de diptongos griegos, el espíritu y el acento van sobre la segunda vocal del diptongo, pero se pronuncian sobre la primera: ηὕρηκα (descubrí) no se pronuncia ejúreca, sino jéureca.

Esto es todo lo que tienes que saber. Pero si quieres aprender un poco más, sigue leyendo:

El acento agudo puede escribirse en la última, penúltima y antepenúltima sílaba de la palabra, tanto sobre vocales breves como sobre vocales largas o diptongos.

El acento grave sólo se encuentra cuando las palabras forman oraciones. No es sino el acento agudo de las palabras acentuadas en la última sílaba que, al estar seguidas por otras, suele volverse grave, excepto si las sigue un signo de puntuación o una palabra átona (sin acento) o semitónica (que a veces tiene acento). Esto es un poco complicado. Si decides aprender griego, lo verás con mayor detalle.

El acento circunflejo sólo puede escribirse en la última y antepenúltima sílaba, y sólo sobre vocales largas o diptongos.

. , ; ⋅

Para escribir en griego se utilizan cuatro signos de puntuación:

El punto (.) y la coma (,) funcionan igual que en español, por lo que no deben darte ningún problema.

El punto alto (⋅) equivale a nuestros dos puntos o a nuestro punto y coma.

Finalmente, el punto y coma (;) es el signo de interrogación. Sólo se usa para cerrar las preguntas.

Tres historias de amor

Aquí conocerás algunos de los mitos que formaron parte de la vida y de la visión del mundo de los griegos hace más de dos mil años. Verás que, a pesar del paso de los siglos, todos ellos siguen hablándonos directamente y todavía nos dejan reflexionando un largo rato después de haberlos leído. Por algo se dice que Grecia es la cuna de nuestra civilización. Muchas de estas historias inspiraron a otros autores a lo largo del tiempo y siguen inspirando hoy en día a un sinnúmero de artistas contemporáneos en cada rincón de la Tierra.

INSTRUCCIONES

No todo es fácil en esta vida: como prueba están los múltiples problemas y dificultades que enfrentaron los personajes de estos mitos. Para que tú tampoco te quedes atrás en materia de proezas, hemos decidido ponerte algunos obstáculos. No podrás seguir adelante en la historia si no vas descifrando algunas palabras a medida que avanzas, así que:

Cuando te encuentres una palabra escrita en griego, pásala toda a las mayúsculas correspondientes. Recuerda que cuando escribes en puras mayúsculas no se utilizan espíritus ni acentos.

Prefiero hacer otro ejercicio Adelante
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Amores de Ares y Afrodita

Tres historias de amor

Los griegos
fueron grandes contadores de historias.

Seguramente a lo largo de tu vida te has topado con varias de ellas y la figura de algunos de los grandes dioses del Olimpo debe resultarte familiar. Pero además de los mitos mayores, hay también algunos relatos menores llenos de gracia, aventuras y amor, que muchas veces explican las αἰτίαι

Así es: las causas (αίτίαι) de las cosas. Una de estas pequeñas joyas de la mitología es la historia de Píramo y Tisbe:

Érase una vez una época tan, pero tan remota, que las frutas del árbol de la mora todavía eran λευκά

Exacto, todavía eran blancas (λευκά) y no de ese color púrpura rojizo tan hermoso y brillante que tienen ahora.

En esa época lejana, Píramo y Tisbe habían crecido juntos, y habrían jugado en los jardines colgantes de Babilonia, su ciudad natal, si hubieran existido. Pero en esa época tan remota, ni siquiera se habían construido todavía los jardines colgantes. Eran los tiempos de la valiente reina Semíramis. Píramo y Tisbe, con los años, se convirtieron en dos jóvenes guapísimos y, más pronto que tarde, se enamoraron. Ardían en ganas de contraer γάμος

¡Exacto! ¡Querían casarse! (contraer matrimonio, o γάμος), pero, como sucede con frecuencia en estas historias de amor y desolación, sus padres se oponían. Desesperados, los jóvenes, que además eran vecinos, encontraron la forma de comunicarse todas las noches a través de una rendija que había en el τεῖχος

Muy bien: en el muro (τεῖχος) que separaba sus casas. Por ahí los enamorados intercambiaban dulces palabras y le daban besos al muro sabiendo que, del otro lado, se encontraban los labios de su amado. Pero esta situación no podía prolongarse demasiado. Insatisfechos y ansiosos, los jóvenes decidieron fugarse y encontrarse sobre el τάφος

Exacto, sobre la tumba de un tal Nino, sombreada por una frondosa morera blanca. La noche planeada, los enamorados salieron de sus casas. La primera en llegar al lugar fue Tisbe. Era una noche oscura y, entre las sombras alcanzó a percibir cierto movimiento. No, aquello que se movía entre la hierba crecida no era su querido Píramo, era algo mucho más peligroso: ¡era un λέων!

Exacto, un león (λέων) o, más precisamente, una leona. Tisbe corrió con toda la fuerza que le permitieron sus piernas, pero, sin querer, dejó caer su manto. La leona, que tenía las fauces llenas de la sangre de alguna víctima anterior, desgarró el trozo de tela y lo manchó de sangre. Al llegar, Píramo encontró la ropa de Tisbe en ese estado y, sin pensarlo dos veces, asumió que la fiera había devorado a su amada. Destrozado, aplastado por la culpa de haber enviado a su amada a un paraje tan peligroso, el mancebo empuñó su ξίφος

En efecto, empuñó su espada, y se la clavó en el pecho. Poco después, Tisbe salió de su escondite y vio entre la hierba el cadáver sangriento y aún tibio de Píramo. La joven no pudo resistir el impulso del dolor. Sacando la espada del pecho de Píramo, se la clavó ella misma y puso, así, término a su βίος

Así es, Tisbe se suicidó: acabó con su propia vida (βίος). La sangre que manaba de las heridas de los dos muchachos salpicó también los frutos de la gran morera blanca que crecía allí cerca. Desde entonces, cuenta la leyenda, las moras tienen frutas de un color rojo encendido, en memoria del gran amor que segó las vidas de estos jóvenes.

Como ves, este relato nos explica la causa (αἰτία) de que las moras sean rojas. Pero no todas las historias de amor griegas son tan trágicas como ésta que, por cierto, inspiró la trama de Romeo y Julieta, de Shakespeare. Una de las más hermosas historias de amor de la mitología es la de Eros y Ψυχή

Ψυχή (o Psique), que en griego significa alma, era una muchacha hermosa, la más hermosa a muchos kilómetros (los griegos dirían “estadios”) a la redonda. Era tan, pero tan bella, que la gente iba a buscarla, desde ciudades remotas para rendirle culto como si se tratara de una θεά

Pero Psique no era ninguna diosa (θεά) como para que la trataran así. Era una simple mortal y, pronto, sin habérselos buscado, atrajo la cólera y los celos de Ἀφροδίτη

Afrodita (Ἀφροδίτη), diosa del amor y el sexo, no podía permitir que las cosas siguieran de ese modo. Sin pensarlo dos veces, llamó a su hijo Eros (al que los romanos conocían como Cupido), un adolescente travieso, dios del deseo, y le pidió que fuera inmediatamente a arrojarle a la muchacha una de sus flechas, para que se enamorara rápido de alguna horrible θήρα

Como ves, los dioses griegos podían ser refinadamente crueles cuando se lo proponían: la diosa del amor quería castigar a la pobre jovencita haciendo que se enamorara de alguna bestia (θήρα) espantosa. Pero era demasiado tarde. Su hijo, Eros, quedó prendado de la muchacha en cuanto la vio. Pasaba el κρόνος

Así es: pasaba el tiempo (κρόνος) y todos alrededor de la muchacha se casaban: sus hermanas habían encontrado marido, los hombres que iban a presentarle ofrendas y alabanzas se casaban con otras mujeres, pero ella, a pesar de toda su belleza, seguía soltera, sin que nadie le pidiera matrimonio. Psique estaba triste, y su padre fue a pedir consejo al oráculo de Apolo en Delfos. Pero Apolo ya estaba de acuerdo con Eros. La profecía fue terrible: debían abandonar a la muchacha en la cumbre de un risco, donde el esposo que le estaba destinado la recibiría. Se trataba de un ser terrible y poderoso: ¡una serpiente enorme, con πτερά

¡Una serpiente con alas (πτερά)! La noticia fue un duro golpe para toda la familia. Se despidieron de Psique con lágrimas en los ojos, pero obedecieron a lo que Apolo había ordenado. Por la noche, la muchacha, que no podía más de horror, sintió que un suave viento la alzaba y la llevaba volando hasta un lecho de ἄνθα

No te preocupes, no se trataba de nada malo: al parecer, Psique corría con suerte. El lecho era de ἄνθα (flores), muy blando y perfumado. Pronto se quedó dormida. Al despertar, no podía dar crédito a lo que veían sus ὀφθαλμοί

Frente a sus ojos (ὀφθαλμοί) se extendía un verde prado, al cabo del cual se alzaba el palacio más hermoso y magnificente que podría haber imaginado jamás. Psique se acercó con cautela. El palacio parecía deshabitado, pero no abandonado. Todo parecía dispuesto para recibir a un dios. En cuanto entró, una voz salida de quién sabe dónde le anunció que la casa era para ella, y le sugirió se pusiera cómoda y se bañara, pues pronto le prepararían un banquete. Psique no sabía si poner atención a lo que escuchaba o a lo que veía. Todo, las columnas, el piso, los techos, era de piedras preciosas, plata y χρυσός

Muy bien, de oro (χρυσός). Tanto el baño como la comida de Psique fueron deliciosos. Estuvo sola todo ese día. Por la noche, cuando todo estaba oscuro, la visitó su marido. Ella no pudo verlo, pero su presencia le pareció agradable y reconfortante. Así transcurrieron algunos días con sus noches, siempre con la misma rutina llena de delicias, hasta que, cierta noche, su marido le dijo que la amenazaba un gran peligro. Psique sintió cómo la iba invadiendo el φόβος

Así es, el miedo (φόβος). -¿De qué peligro se trata, amado mío? – Le preguntó a su marido, con la respiración agitada. -Son tus hermanas – respondió la voz de su esposo -­‐. Te extrañan y han estado llorando en el peñasco donde te dejaron. Suceda lo que suceda, no debes ir a verlas y mucho menos debes dejar que ellas te vean. Si lo haces, me causarás un gran mal y quedarás separada de mí para siempre. Esto entristeció mucho a Psique. Lloró todo el día siguiente y, por la noche, convenció a su esposo de que la dejara ver a sus hermanas. Él accedió de mala gana, avisándole que se estaba procurando su propia condena. Al día siguiente, las dos hermanas de Psique bajaron la montaña en brazos del ἄνεμος

¡Muy bien: del viento [ἄνεμος]! Las hermanas lloraban con la alegría del reencuentro y se regocijaban con la magnificencia del lugar. Pero pronto sintieron envidia al ver a Psique rodeada de tantos tesoros. Empezaron a preguntarle quién era su marido y sintieron que había algo raro Al día siguiente, cuando volvieron, ya picadas por los celos y sin buena intención, le dijeron a Psique que, si aún no había visto a su marido, era porque quizá se trataba del horrendo ἑρπετόν

Eso es: del horrendo reptil (ἑρπετόν) que le había profetizado Apolo. ¡De ser así, pronto la devoraría! Psique volvió a tener miedo. En efecto, si su esposo no era un monstruo, ¿por qué le impedía verlo? Las hermanas la aconsejaron: -Esta noche, oculta un cuchillo bajo las sábanas y, cuando él esté dormido, enciende una lámpara y húndele el cuchillo en el pecho. Psique se armó de valor. Tomó un cuchillo de la cocina y esperó a que llegara su marido. Pero cuando encendió la lámpara vio, bajo la φῶς

Vio, bajo los rayos de luz (φῶς) al ser más hermoso que jamás había visto. Temblando de alegría y deslumbramiento, Psique derramó, sin querer, una gota de aceite de la lámpara sobre la espalda de su amado. Éste se despertó, lo comprendió todo con un solo golpe de vista y, desilusionado por la desconfianza y la desobediencia de su esposa, se marchó. Psique todavía pudo escuchar su última frase: “el amor no puede vivir sin la confianza”. -¡Es el dios del amor! – decía Psique - ¡Es Ἔρως !

-¡Mi marido es Eros (Ἔρως)! – repetía. - ¡Y yo lo arruiné todo! Ahora tengo que recuperarlo. Voy a recuperarlo cueste lo que cueste. Psique, triste, pero decidida, pensó que quizá lo mejor sería ir a hablar con la propia Afrodita, ofrecerse a servirla y pedirle disculpas. Pero Afrodita no quería saber nada de perdonarla. Eros le había contado lo sucedido, y la diosa estaba decidida a vengarse. Así, cuando se encontraron, Afrodita humilló a Psique. Le dijo que no conseguiría otro marido si seguía siendo tan desaliñada y, revolviendo una gran cantidad de semillas minúsculas de todo tipo en una bolsa, amenazó a Psique: -Más te vale separar todas estas semillas. Cuando vuelva, por la tarde, quiero encontrarlas bien clasificadas. La diosa se fue, furiosa. Psique, muerta de angustia, se dio cuenta, de pronto, de que no estaba sola. La ayudaba una profusa maraña de insectos μικροί

Así es un montón de insectos pequeños (μικροί), concretamente, hormigas que se habían apiadado al ver a la muchacha tan triste y maltratada. Con la ayuda de todo un hormiguero, Psique pudo cumplir las órdenes de Afrodita. Al día siguiente, la diosa, empeñada en destruir a costa de trabajos duros la belleza de la muchacha, le encargó otra misión: debía ir por algunos mechones de lana de los carneros que tenían el vellocino de oro, unos animales especialmente nerviosos. Esta vez, la que ayudó a Psique fue una pequeña ῥόδον

La pequeña rosa (ῥόδον) crecía a la orilla de un río. -No temas –dijo la flor-. No es necesario que te acerques a los corderos. Cuando vayan a abrevar, encontrarás, enredados en los matorrales, muchos hilos de su lana. Psique siguió el consejo. Por la noche, Afrodita, al ver que la muchacha había logrado otra vez su cometido, montó en cólera. La tercera prueba fue aún más difícil: debía recoger un frasquito de agua de la laguna Estigia, del infierno. Psique no estaba sola. Ahora fue un ἀετός

Así es: un águila (ἀετός) la que auxilió a la muchacha y llenó el frasquito en pleno vuelo. Afrodita estaba cada vez más furiosa. Ideó una prueba de la que no era posible que un mortal saliera vivo: le pidió a Psique que bajara al mismísimo infierno a pedirle a Perséfone una cajita llena de belleza. Con la ayuda de una solidaria torre, que le explicó cómo llegar hasta la diosa de los infiernos, Psique logró su cometido. Perséfone le dio la caja, pero cuando caminaba de regreso para entregársela a Afrodita, Psique sintió curiosidad. La destapó pensando que quizá podría tomar aunque fuera un poquito de κάλλος

Eso es, de belleza (κάλλος), para reponerse de las penalidades que había estado sufriendo. Pero al fondo de la caja no había nada. Exhausta, Psique sintió que no podía más: poco a poco la se iba adueñando de ella el ὕπνος

Exacto: el sueño (ὕπνος) hacía que sus miembros le pesaran cada vez más. En ese momento, lejos de allí, Eros empezaba a salir de su pesaroso letargo. Había ya perdonado a la muchacha y tenía muchas ganas de volver a verla. Salió volando por la ventana y llegó hasta donde estaba su amada. La despertó y le ayudó a salir de ahí. Mientras Psique le entregaba la caja a Afrodita, Eros les anunciaba a los dioses que se había casado con una mortal, y que deseaba que acogieran a su esposa en el Olimpo y le concedieran el don de la ἀθανασία

Eso es: quería que le dieran el don de la inmortalidad (ἀθανασία). Los dioses accedieron, aceptaron a Psique entre ellos y le dieron a probar la ambrosía, que es la bebida habitual de los dioses griegos, y que confiere la vida eterna. Afrodita no tuvo más que aceptar y resignarse. Por lo menos ahora Psique estaba entre ellos, y no entre los mortales que le rendían culto al principio de este μῦθος

Esperamos que este mito (μῦθος) te haya gustado. Podrás notar, que algunos elementos de este relato forman parte de historias más recientes, como la de La Cenicienta o, incluso, en algunos sentidos, La bella y la bestia. Además, ¿ya te pusiste a pensar cuántas elucubraciones despierta esta historia? Ideas como que el alma está estrechamente unida al amor (y al deseo sexual), o conclusiones como que, aunque nace mortal, el alma puede volverse inmortal si pasa por una serie de pruebas. ¿Qué más se te ocurre? Esto es lo que sucede cuando nos encontramos frente a un relato ἀλληγορικός

Así es: lo que hace un relato alegórico (ἀλληγορικός) es encarnar conceptos o ideas abstractas en los personajes, presentando, así, otro nivel de lectura, además del meramente anecdótico. ¿Te parece que cerremos este ejercicio con un último mito? Se trata de la historia de Νάρκισσος

Νarciso (Νάρκισσος) era un joven bellísimo que, pese a ello, despreciaba el amor. Tras él había siempre ninfas y muchachas que deseaban pertenecerle, pero a él no le interesaban en lo más mínimo. Entre ellas, la que más lo buscaba era la pobre ninfa Ἠχώ

Eco (Ἠχώ) era especialmente desgraciada pues, tiempo atrás, la diosa Hera había sospechado que su esposo, Zeus, se sentía atraído por ella. Hera era celosísima y muy cruel en sus venganzas, en ocasiones infundadas. Así que, como a Eco le encantaba parlotear, decidió privarla de su mayor placer: -Desde ahora –dijo Hera-, sólo serás capaz de repetir la última palabra que se diga. Nunca podrás decir la primera. Así que Eco seguía a Narciso como una sombra por los bosques, incapaz de empezar una conversación con su propia φωνή

Pues su voz (φωνή) sólo podía repetir las últimas palabras de los demás. Así, un día, Narciso escuchó sus pasos. -¿Quién está aquí? – preguntó. -¡Aquí, aquí! – repitió la ninfa. -¡Ven! – ordenó el mancebo. -¡Ven, ven! – dijo Eco, saliendo contenta de entre los arbustos. Pero Narciso, al verla perdió el interés. Era insensible al amor. Eco se puso tan triste que poco a poco fue perdiendo cuerpo. Sólo su voz pervivió, adherida a las grutas y las gargantas de las montañas. Seguro tú mismo la has escuchado alguna vez. Las cosas no podían seguir así. Cierto ἡμέρα

Cierto día (ἡμέρα) una de las ninfas, ofendida por el constante desprecio del muchacho, rogó a los dioses que lo castigaran haciendo que se enamorara de sí mismo, ya que no podía amar a nadie más. Y así fue. Una mañana, al deambular por los bosques. Narciso se vio reflejado en la superficie de un lago. -¡Qué hermoso soy! - dijo el joven sorprendido ante su propia imagen -. Cómo voy, ahora, a alcanzar esta belleza? A partir de ahora, nadie podrá separarme de ella, sólo Θάνατος

Y, en efecto, la muerte (Θάνατος) no se hizo esperar. Poco a poco, Narciso, que no se movía del borde de las aguas ni para alimentarse, fue perdiendo las fuerzas. -¡Adiós! - suspiró el muchacho, sin quitar los ojos de su reflejo, antes de arrojarse a las aguas. -¡Adiós! - repitió, triste, la voz de la Eco, que no había dejado de seguirlo. En el sitio donde Narciso murió, brotó una hermosa flor blanca que lleva su nombre. Y así llegamos al τέλος

Eso es: al fin (τέλος) de este mito y de este ejercicio. Como ves, este mito también explica las causas (αἰτίαι) de las cosas: tanto del fenómeno del eco como de la existencia de la flor llamada narciso. Se le puede considerar, por ello, un mito etiológico. Ahora ya sabes cómo escribir las palabras griegas en mayúsculas. Pero, además, has aprendido algunos términos que sirven para formar palabras en español.

Si quieres repasar este vocabulario, haz click aquí. Si quieres hacer otros ejercicios, haz click aquí. Fuentes
Representacion de PolicastaRepresentación de Policasta, suegra del héroe Odiseo.
Penélope, la esposa de Odiseo.Penélope, la esposa de Odiseo, conversando con su hijo, Telémaco.
Pintura de un lecito (recipiente para ungüentos) con escena amatoria.Pintura de un "lecito" (recipiente para ungüentos) con escena amatoria.
Pretendiente cortejando a Penélope, la esposa de Odiseo.Pretendiente cortejando a Penélope, la esposa de Odiseo.
Joven pintada en una hidria.Joven pintada en una hidria.
Ménade (mujer devota del dios Dionisio) con antorchas.Ménade (mujer devota del dios Dionisio) con antorchas.
Perro que decora una copa ática.Perro que decora una copa ática.
Odiseo hace sacrificios para invocar a los muertos.Odiseo hace sacrificios para invocar a los muertos.
Escena de la venganza de Antíope. Pintura de una cátedra.Escena de la venganza de Antíope. Pintura de una cátedra.
Los principes Orestes y Electra sobre la tumba de su padre Agamenón.Los principes Orestes y Electra sobre la tumba de su padre Agamenón.
Afrodita, la diosa de la belleza y el amor, transportada por dos cupidos (o eros)Afrodita, la diosa de la belleza y el amor, transportada por dos cupidos (o eros)
Representación de una Erinia (una diosa vengadora) en una cratera.Representación de una Erinia (una diosa vengadora) en una cratera.
Compañeros de Odiseo transformados en animales por la hechicera Circe.Compañeros de Odiseo transformados en animales por la hechicera Circe.
Escena de baile representada en una cratera griega.Escena de baile representada en una cratera griega.
Representación de una mujer en un recipiente para almacenaje (pelike)Representación de una mujer en un recipiente para almacenaje (pelike)
Representación de Aretea, que, según el poeta Homero, era reina de los feacios.Representación de Aretea, que, según el poeta Homero, era reina de los feacios.
Una mujer cierra el palacio de Odiseo para que éste mate a sus rivales.Una mujer cierra el palacio de Odiseo para que éste mate a sus rivales.
Representación de una mujer en una cratera griega.Representación de una mujer en una cratera griega.
Jóvenes retratadas en una copa ática.Jóvenes retratadas en una copa ática.
Pintura de un ánfora que representa a las princesas Fedra y Procris.Pintura de un ánfora que representa a las princesas Fedra y Procris.
El rey menelao luchando conta Proteo, un dios marino que cambiaba de forma.El rey menelao luchando conta Proteo, un dios marino que cambiaba de forma.
Filomela matando a su sobrino Itis para vengarse del padre de éste. Tereo, que la había violado.Filomela matando a su sobrino Itis para vengarse del padre de éste. Tereo, que la había violado.
Mujeres recogiendo agua en la fuente. Pintura de una hidria arcaica.Mujeres recogiendo agua en la fuente. Pintura de una hidria arcaica.
Representación de un toro en una copa griega.Representación de un toro en una copa griega.
Pintura de vaca en un enócoe (recipiente para servir vino).Pintura de vaca en un "enócoe" (recipiente para servir vino).
Pintura de un ánfora que representa el Hades (el inframundo).Pintura de un ánfora que representa el Hades (el inframundo).
Mujer contemplándose en el espejo. Pintura de un ánfora.Mujer contemplándose en el espejo. Pintura de un ánfora.
Representación de Eos (diosa de la aurora), con su amante Orión. Copa ática.Representación de Eos (diosa de la aurora), con su amante Orión. Copa ática.
Representación de una mujer sosteniendo en enócoe (recipiente para servir vino).Representación de una mujer sosteniendo en "enócoe" (recipiente para servir vino).
Telémaco (hijo de Odiseo) con ropa de viaje, en el palacio del rey Menelao.Telémaco (hijo de Odiseo) con ropa de viaje, en el palacio del rey Menelao.
Pintura de un ánfora que representa al titán Atlas cargando el cielo.Pintura de un ánfora que representa al titán Atlas cargando el cielo.
Pintura de una cratera que representa a Helios (el sol).Pintura de una cratera que representa a Helios (el sol).
Imagen de una mujer cautiva.Imagen de una mujer cautiva.
Pintura de una mujer, tomada de un pelike (una vasija para almacenaje).Pintura de una mujer, tomada de un pelike (una vasija para almacenaje).
Pintura de un pescador, plasmada en una copa ánfora.Pintura de un pescador, plasmada en una copa ánfora.
Coro de ninfas. Pintura de un ánfora.Coro de ninfas. Pintura de un ánfora.
Néstor, el anciano y elocuente rey de Pilos, representado en un ánfora.Néstor, el anciano y elocuente rey de Pilos, representado en un ánfora.

El narciso es una flor blanca, igual que las moras antes de que las tiñera la sangre de Píramo y Tisbe. En griego, blanco se dice λευκός. De la raíz λευκ- (leuc-) derivan algunos términos médicos como la palabra leucocito (glóbulo blanco). La leucemia también viene de ahí: es el exceso de glóbulos blancos en la sangre. Alguien que tiene flujo blanco padece leucorrea.

Píramo y Tisbe querían contraer matrimonio, pero murieron antes de lograrlo. En cambio, Cupido y Psique se casaron y vivieron felices para siempre. Matrimonio, en griego, se dice γάμος. Alguien que está casado con muchas personas es un polígamo, al tiempo que, si sólo se casa con una persona, es monógamo. A los pueblos o comunidades cuyos miembros sólo contraen matrimonios entre sí, y nunca con extranjeros, se les dice endógamos.

Píramo y Tisbe acordaron encontrarse sobre la tumba (τάφος) de Nino. La raíz ταφ- forma parte de la palabra epitafio que designa al escrito que se ponía sobre la tumba. Cuando los griegos no encontraban el cuerpo de alguien (por ejemplo, un marinero que hubiera naufragado), le erigían un cenotafio, que quiere decir “tumba vacía”.

¡Cuántos suicidios hubo en estas historias! La mitad de los personajes acabaron con su propia vida (βίος). Seguro que la palabra βίος te resulta familiar. Forma parte de términos como biología (estudio de la vida), bioética (la rama de la ética que procura encontrar la manera adecuada de actuar ante la vida), o biografía (el registro escrito de una vida). ¿Qué otros se te ocurren?

La hermosa Psique (Ψυχή) ha pervivido en un sinnúmero de palabras. Quien estudia el alma se llama psicólogo y quien la cura se llama psiquiatra. Los que tienen una enfermedad del alma (mejor digamos: de la mente), padecen de psicosis.

Actualmente se tiende a quitar la p de estas palabras, así que quizá te encuentres por ahí con las palabras siquiatra, sicosis y sicólogo. Pero, aunque esta forma de escribir se acepte hoy en día, ¡es incorrecta etimológicamente! En rigor, en griego, σῦκον quiere decir higo, así que la sicología sería la ciencia de los higos, la siquiatría la cura de los higos y la sicosis la enfermedad de los higos.

Los mortales le rendían culto a Psique como si fuera una diosa (θεά). La palabra griega θεός (dios), ha dejado rastro en muchas palabras de uso más o menos frecuente en español. Así, la teología es, en rigor, el estudio de los dioses, la teocracia es el gobierno de los dioses (o de los sacerdotes que les rinden culto) y el panteón es, etimológicamente al menos, un lugar dedicado a todos los dioses. El que no cree en ningún dios es ateo, y el que cree en muchos es politeísta.

Durante un tiempo (κρόνος) Psique estuvo sin casarse, y Narciso pasaba el tiempo contemplando su figura reflejada en el lago. κρόνος (Cronos) era el nombre de un dios terrible, el padre de Zeus, que se comía a sus hijos. Si lo piensas, tiene lógica: el tiempo siempre acaba devorando a sus criaturas. La palabra κρόνος pervive en nuestros términos crónico (que dura mucho tiempo), cronómetro (aparato para medir el tiempo) y cronograma (representación gráfica del tiempo), entre muchos otros.

Aunque no lo dijimos aquí, Eros es un dios que tiene alas (πτερά). Por eso pudo salir volando por la venana cuando Psique necesitaba ayuda. La palabra griega para ala, πτερόν, sirve para describir algunos animales. Así, un animal cuyas alas se convirtieron en dedos es un pterodáctilo, y un bicho que no tiene alas es áptero. Pero si sus alas son mitad duras y mitad membranosas, se llaman hemípteros.

Narciso se convirtió en una flor (ἄνθος), y Psique recibió la ayuda de una flor para recoger hebras de vellocino de oro. ¿Sabes en qué palabras nuestras pervive el griego ἄνθος? En una bastante inesperada: una antología es, etimológicamente, una selección de flores. ¿No es curioso que se considere a los textos como flores y al libro como un ramillete? La palabra antología tiene un equivalente latino: florilegio.

Al descubrir el enorme palacio en que viviría, Psique no daba crédito a sus ojos. Ojo, en griego, se dice ὀφθαλμός. El oftalmólogo es el que estudia los ojos. Si lo visitas, quizá te examine con un oftalmoscopio (un aparato para ver el interior del ojo). Si por algo te quedas tuerto, serás un monoftalmo (que tiene un solo ojo), como el cíclope Polifemo.

El palacio en que vivía Psique estaba hecho de oro (χρυσός). No hay muchas palabras que deriven de este término, pero una muy hermosa es crisantemo, que quiere decir “flor de oro”. Otra es crisálida, aunque no se sabe exactamente qué tiene que ver el oro con las crisálidas.

Al enterarse de que se casaría con una serpiente alada, Psique sintió mucho miedo (φόβος). Como en este mundo siempre hay algo que nos inspira miedo, la raíz de φόβος (de donde también fobia) está presente en muchísimas palabras castellanas. Por ejemplo, si te dan miedo las alturas, sufres de acrofobia, y si le huyes a la luz como un vampiro, es que tienes fotofobia. Los perros rabiosos le temen al agua: padecen hidrofobia. El que se asusta cuando se siente encerrado es claustrofóbico. Y tú ¿a qué le tienes miedo? Si nada te diera miedo, quizá serías áfobo. Pero esa palabra todavía no se ha inventado. Por algo será.

A la luz (φώς) de la lámpara, Psique pudo ver que su esposo era una criatura muy hermosa. ¿Qué sería de nosotros sin la luz? Hacemos de todo con ella: la plasmamos en papel (fotografía), la tememos (fotofobia) y gracias a ella viven también las plantas, que se mueven para seguirla (fototropismo) y la convierten en materias complejas a través de la fotosíntesis.

Ya debes saber que Eros(Ἔρως) no es sólo el travieso y guapo dios griego que se casó con Psique. Eros es también, llanamente, el amor, aunque con una fuerte carga sexual, como lo concebían los griegos. De ahí las palabras erótico (lo relacionado con el deseo sexual), erógeno (que produce placer sexual) y erotómano (la persona que está obsesionada por el sexo).

Sin la ayuda de las hormigas, que son unos seres pequeñitos, Psique no habría podido terminar una de las tareas que le encomendó su airada suegra Afrodita. El mundo está lleno de cosas pequeñas en las que no solemos fijarnos demasiado. Pequeño, en griego, se decía μικρός, y con ese adjetivo formamos un montón de compuestos. Mírate en el espejo. ¿Tu cabeza es más bien chica? ¡Esperemos que no al grado de padecer microcefalia! Si tus ojos son patológicamente pequeños, es que tienes microftalmia. Y si los pequeños son tus dientes, se podría decir que tienes microdoncia. Grandes o chicos, debes lavártelos bien, para que no se te llenen de microbios. Si nunca has visto un microbio, asómate al microscopio.

La belleza, κάλλος, cuando es excesiva, suele llevar a la perdición a los personajes mitológicos. Para muestra bastan los ejemplos de Narciso y Psique. De la palabra κάλλος se componen algunos términos que no te resultarán desconocidos. Cuando te enseñaron a escribir, seguro te pusieron a hacer planas de caligrafía para que tu letra fuera bella. ¿Alguna vez tuviste un caleidoscopio? Un caleidoscopio es, etimológicamente hablando, un aparato para ver formas hermosas.

Ὕπνος es la palabra griega para sueño. Los griegos tenían un dios llamado así, y lo consideraban hermano de la muerte (θάνατος). Así que no es raro que Psique sintiera sueño precisamente cuando estaba en el inframundo. ¿Se te ocurren algunas palabras que contengan esta raíz? ¡Piensa rápido en alguna! No te quedes ahí como hipnotizado.

La voz (φωνή) de Eco sólo podía hacer eco, valga la redundancia, de las voces de los demás. De φωνή (de donde –fónico y –fonía) provienen varias palabras nuestras: si no tienes voz, estás afónico, mientras que algo que suena bien es eufónico. Si suena mal, por el contrario, es cacofónico, y si suena al mismo tiempo, es sinfónico; si tiene muchas voces, es polifónico, y así sucesivamente.

Cierto día (ἡμέρα) una de las ninfas maldijo a Narciso. De la palabra ἡμέρα poseemos algunos pocos compuestos, no por escasos menos interesantes. Si quieres encontrar alguno, quizá debas ir a la hemeroteca (que, etimológicamente, es la cajita donde se guardan los días y, en la práctica, el lugar donde se guardan los periódicos). Si ya te aburrió esta materia, es que tu interés es efímero es decir, no dura más que un día.

¿Demasiada muerte (Θάνατος) en estas historias? La muerte también forma parte de la vida. No en vano, hay quienes se dedican a estudiarla (los tanatólogos) y también se dan discusiones constantes en torno a la buena muerte (eutanasia). ¿Qué opinas tú cuando se habla del tema? Por cierto, si tienes algún pariente que se llame Atanasio, ya puedes decirle lo que significa: quiere decir “inmortal”.

Felicidades. Ya repasaste todo el vocabulario que usamos en este ejercicio. ¿Ves cómo conocer las letras griegas te abre muchas puertas? Si quieres repetir el repaso, siéntete libre de hacerlo. De lo contrario, te recomendamos pasar a algún otro ejercicio.

Volver a repasar Ir a otro ejercicio
Revisar

¡Ups! Cometiste algún error. Si ya sabes en qué fallaste, vuelve a intentarlo. Si no sabes dónde te equivocaste, quizá quieras repasar lo que has aprendido ahora sobre el alfabeto griego.”

Quiero volver a intentarlo Quiero repasar el alfabeto

Estos tres relatos siguen de cerca las amenas versiones que presenta Edith Hamilton en su libro La mitología (Barcelona, Daimon, 1976, pp.86-87, 93-103).

Hamilton se basa, a su vez, en las versiones de Ovidio (para los mitos de Píramo y Tisbe, Narciso y Eco) y Apolodoro (para el mito de Eros y Psique).

¿Qué nos dicen las vasijas griegas?

A lo largo de siglos, los griegos preservaron un vasto cuerpo de leyendas e historias que formaban una parte importante de su identidad. El conocimiento se transmitía de generación en generación: se cantaban canciones que contaban estos relatos, se representaban dramas en el teatro que los reproducían y los niños los memorizaban y discutían en la escuela. Pero estas no eran las únicas vías por las que se transmitía el saber. Para demostrarte que la mitología y las letras permeaban muchos más campos de la vida griega de los que solemos imaginar, te invitamos a hacer un recorrido por otra fuente importante de conocimiento de la cultura clásica: la cerámica griega.

INSTRUCCIONES

Este ejercicio te ayudará a practicar las letras griegas, identificando mayúsculas y minúsculas.

Lo que debes hacer es observar con cuidado lo que está escrito en las vasijas griegas y transcribirlo en el sentido que se te indique con flechas. Hazlo primero en mayúsculas y después en minúsculas (sin acentos ni espíritus).

Prefiero hacer otro ejercicio Adelante
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Lacedemonia, la ciudad de las mujeres hermosas

¿Qué nos dicen las vasijas griegas?

Para agrandar la imagen

Intenta transcribir en mayúsculas las letras griegas que ves aquí arriba. Primero la línea superior y luego la inferior, en el sentido que se te indica. Te ayudamos con las más difíciles o las que están escritas de un modo diferente:

Línea superior:
Línea inferior:

¡Bien! ¿Te pareció difícil? Es que la forma de escribir las letras fue cambiando con el paso del tiempo y dependiendo del lugar. Antes de seguir descifrando el misterio de esta copa (pues es una copa, y en copas como esta bebían vino los griegos del siglo IV a. C.), pásalo todo a minúsculas:

ΑΒΓΔΕΖΙΗΘΙΚΛ:
ΜΝΟΠΡΣΤΥΧΟΨ:

¿Qué crees que signifique? Si sospechas que nada, estás en lo cierto. ¡Es un abecedario! Fíjate como empieza (αβγδε...) ¿Te suena conocido? Es casi el orden en que nos aprendemos el alfabeto griego hoy en día, aunque luego presenta algunas variaciones en el orden y en las letras. No te preocupes por ver si todas las letras que te sabes están incluidas ahí: verás que faltan varias y que sobran algunas. Otras, en cambio, parecen repetirse y otras se escriben de manera muy distinta. No importa. Esta copa, hoy resguardada en el Museo Nacional de Atenas, nos demuestra que los griegos consideraban que su alfabeto era bello en sí mismo y lo usaban como un elemento ornamental. En otras piezas de cerámica llegan a aparecer borucas o agrupamientos de letras sin sentido, que se conocen como “falsas inscripciones” simplemente porque sí, porque las letras se habían convertido en un adorno. Las inscripciones en la cerámica griega empezaron a utilizarse con cierta frecuencia hacia mediados del siglo IV a. C. Casi un siglo antes de que Platón y Sócrates deambularan por las calles de Atenas.

Esta imagen muestra una inscripción en el interior de una copa. El que bebía vino en ella se topaba con estas palabras al empinar la copa. ¿Quieres saber qué dicen? Empieza por transcribir las letras que ves, en mayúsculas:

respuesta:

¡Bien hecho! Un poco más y serás un arqueólogo. Ahora pásalo a minúsculas:

ΧΑΙΡΕΚΑΙΠΙΕΙ:

χαῖρε καὶ πίει
Alégrate y bebe

Como ves, los griegos no solían separar las palabras cuando escribían (si lo piensas es bastante natural: nosotros tampoco las separamos al hablar). Esta instrucción, “alégrate y bebe” nos hace pensar en los festivos banquetes griegos, donde siempre había mucha música, danza y manjares. Los griegos comían reclinados en triclinios (una especie de divanes), sin mesas ni cubiertos, y el vino se extraía de hermosas vasijas, llamadas crateras, donde se le mezclaba con miel, agua y especias, pues los griegos jamás lo bebían puro. Dato curioso: los griegos usaban el imperativo χαῖρε (alégrate) para saludar: era su forma de decir hola.

Esta es un ánfora panatenaica del siglo IV a. C. es decir, es un recipiente especialmente manufacturado para servir como premio a los atletas que vencían en los Juegos de Atenas, o juegos Panatenaicos. Eran vasijas de gran tamaño y muy lujosas, que se llenaban con aceite extraído de los olivares sagrados de Atenea, y con frecuencia incluían una imagen de esa diosa. ¿Quieres saber qué dice esta inscripción? Empieza por identificar las mayúsculas que la componen.

respuesta:

Como ves, esta inscripción es bastante clara, y todas las mayúsculas tienen una forma idéntica a la de las mayúsculas que utilizas para esta materia. Ahora pásalo todo a minúsculas:

ΝΙΚΟΔΗΜΟΣΕΠΟΙΕΣΕΝ:

Buen trabajo. La inscripción está formada por dos palabras:
Νικόδημος ἐποίεσεν
Νicodemo hizo
¿Falta algo, verdad? En realidad el equivalente en otras vasijas tiene una my (μ) antes del verbo, así ΜΕΠΟΙΕΣΕΝ, que es una forma contracta de decir με ἐποίεσεν. En esta inscripción debemos entender “Nicodemo me hizo". Así es: las vasijas griegas suelen hablar en primera persona. Los artesanos con frecuencia firmaban sus piezas y, en ocasiones aclaraban quién las había modelado en barro (ἐποίεσεν) y quién las había pintado (ἔγραψεν). Los errores de ortografía son muy abundantes en este tipo de inscripciones, lo cual ayuda a entender cómo se pronunciaba en realidad el griego. Aquí, en lugar de ἐποίεσεν debería decir ἐποίησεν.

a)Esta es una de las crateras más hermosas que se conservan de la Antigüedad Clásica. Las crateras eran recipientes que se usaban para mezclar vino con agua y miel y servirlo durante los banquetes. Observa el grado de detalle y la seguridad de los trazos. Esta obra de arte está firmada por el famoso alfarero y pintor Eufronio Las inscripciones son abundantes, pero vamos a centrarnos en las primeras cuatro, marcadas con flechas, que nos permitirán comprender la escena. Transcríbelas en mayúsculas siguiendo el sentido de las flechas (te ayudamos con las más difíciles)

respuesta1:
respuesta2:
respuesta3:
respuesta4:

¡Muy bien! Descifraste los nombres de los personajes de la escena. Es frecuente que las vasijas griegas contengan los nombres de los personajes dibujados en ellas. En este caso, se trata de Hermes , Hipnos, Sarpedón y Tánatos. Pásalos a minúsculas para practicar:

ΗΕΡΜΕΣ:
ΗΥΠΝΟΣ:
ΣΑΡΠΕΔΟΝ:
ΘΑΝΑΤΟΣ:

Hey, un momento. Lo hiciste bien, pero esos nombres están muy raros ¿Cómo es que hay una eta al principio de Hermes y de Hipnos? Deberían ser, entonces, Eermes y Eupnos.... Pues sí. El autor de esta vasija no usaba la eta (Η, η) como vocal, sino para indicar la aspiración (el espíritu áspero), de manera semejante a nuestra H. Es algo frecuente en la cerámica griega. No hagas mucho caso. La forma correcta de escribir estos nombres es Ἑρμῆς, Σαρπηδών e Ὕπνος. Θάνατος no tiene problema. ¿Ves cómo el pintor no distinguía entre vocales largas y breves?

Si quieres conocer la historia que hay detrás de esta imagen, haz click en Continuar.

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Ahora que sabes quiénes son los personajes, podemos contarte la historia. La escena retrata un episodio de la Iliada. Sarpedón era hijo de Zeus con una mortal. Era rey de Licia, y combatía en la Guerra de Troya del lado de los troyanos. Era muy alto y muy valiente, y siempre se ponía al frente de los combates. Pero estaba condenado, por el destino, a morir a manos de Patroclo. Cuando llegó el día del enfrentamiento, Zeus, angustiado, quiso salvar a su hijo retirándolo del campo de batalla. Pero Hera lo reprendió ¿cómo era posible que quisiera salvar a un mortal, desde siempre destinado a su suerte? Zeus tuvo que dejar morir a su hijo. Como signo de duelo, hizo llover sangre sobre los ejércitos. Éstos iniciaron un combate en torno al cuerpo del guerrero: los troyanos para defenderlo y los aqueos para quitarle sus armas. Vencieron los aqueos, que despojaron el cadáver. Glauco, compañero de Sarpedón, rogó entonces a Apolo que se llevara el cadáver de allí, lo lavara y lo enviara a Licia, su tierra. Apolo así lo hizo, acompañado de los gemelos Hipnos (Sueño) y Tánatos (muerte). En esta imagen no está presente Apolo, sino Hermes, en su papel de Psicopompo, es decir, de conductor de almas al inframundo. Lo sabemos porque en una mano lleva el caduceo: esa vara con dos víboras enroscadas, que ahora es símbolo de los médicos.

Si quieres conocer mejor esta historia, lee los versos 420-684 del canto XVI de la Iliada, de Homero.

Esta ilustración reproduce fielmente el dibujo de un ánfora de mediados del siglo VI a. C. ¿Quieres saber qué dice? Identifica las mayúsculas de las 3 inscripciones en el sentido de las flechas.

respuesta1:
respuesta2:
respuesta3:

¡Felicidades! ¿Ya identificaste a los dioses? Ahora pásalo todo a minúsculas. Recuerda que la sigma se escribe distinto cuando va al final de la palabra.

ΑΘΕΝΑΙΑ:
ΠΟΣΕΙΔΟΝ:
ΑΜΑΣΙΣ ΜΕΠΟΙΕΣΕΝ:

¡Perfecto! Vaya que eres hábil para identificar las letras griegas. La forma correcta de escribir los nombres de estos personajes es, respectivamente, Ἀθηνᾶ (Atenea), y Ποσειδῶν (Poseidón), pero este pintor no tenía letras especiales para representar las vocales largas. La tercera inscripción diría, en correcto griego, Ἀμάσις με ἐποἰησεν (Amasis me hizo): la firma del artista. En realidad, Amasis hizo el ánfora y alguien más, a quien conocemos como “el pintor de Amasis”, la pintó. Este pintor era bastante original, y mantuvo un estilo propio sin importar las modas. La pieza que ves aquí es de gran calidad.

Aunque en el dibujo Atenea levanta la mano en señal de saludo a Poseidón, los dioses tenían una historia de rivalidad por el patronazgo de la ciudad de Atenas. Nos la cuenta Apolodoro:

“Los dioses decidieron ocupar las ciudades en las que cada cual iba a recibir culto especial. Así Poseidón fue el primero en llegar al Ática y de un golpe de su tridente hizo aparecer en medio de la acrópolis el mar. Tras él llegó Atenea y plantó el olivo. Al producirse una disputa entre ambos a propósito de la región, Zeus los separó y les puso como árbitros a los dioses. De acuerdo con su veredicto, se adjudicó la región a Atenea, la primera en plantar el olivo. Poseidón, lleno de cólera en su corazón, inundó la llanura Tirasia y sumergió el Ática en el mar”.

Apolodoro, Biblioteca III 14,1, citado por Grupo Tempe, Los dioses del Olimpo,Madrid, Alianza Editorial, 1998, p. 304.

Lo que ves aquí es un óstracon: un fragmento de cerámica, casi siempre tomado de una vasija rota, que se utilizaba para escribir. En Atenas los óstraca (plural de óstracon) fueron muy utilizados en las votaciones. Cada cierto tiempo, con el fin de evitar la vuelta de la tiranía, se votaba en asamblea (pues Atenas era democrática) si debía expulsarse a aquellos ciudadanos más poderosos, que hubieran utilizado su poder en beneficio propio. Si se votaba su expulsión, esa persona debía dejar la ciudad y todos sus bienes durante 10 años, a menos que una asamblea posterior la perdonara. De aquí deriva nuestro término ostracismo. Quienes votaban escribían los nombres de las personas a las que querían expulsar en un trocito de barro, proveniente de alguna vasija rota, y luego se contaban las veces que había sido mencionado cada nombre en el conjunto total de óstraca.

¡Descubre a quién quería enviar al exilio la persona que escribió este óstracon! Registra primero las mayúsculas. Sólo utilizaremos la línea superior.

respuesta:

Ahora, sólo por practicar, pásalo a minúsculas

ΠΕΡΙΚΛΕΣ:

¡Muy bien! La persona que escribió este óstracon tampoco conocía una grafía específica para las vocales largas, así que escribía Ε donde tendría que haber Η. El nombre tallado en el trozo de barro, en griego correcto, es Περικλῆς.

Alguien quiso expulsar a Pericles (495-429 a. C.), el gran político ateniense, responsable de la edificación de parte importante de la Acrópolis y promotor de las artes y la cultura, además de defensor de la democracia. El autor de este ostracon debió ser un miembro del partido conservador, bajo cuyo ataque estuvo Pericles toda la vida. Pese a ello, Pericles no fue nunca desterrado, y pudo luchar por su ciudad hasta que lo alcanzó la muerte, causada por una epidemia.

Pericles fue contemporáneo de Sófocles y Eurípides, los grandes escritores de teatro del momento, así como de Heródoto. Fue compañero de Aspasia que, según se dice, era prostituta: una mujer muy inteligente, buena conversadora y consejera, por la que Pericles sentía un enorme respeto.

Revisar

¡Ups! Cometiste algún error. Si ya sabes en qué fallaste, vuelve a intentarlo. Si no sabes dónde te equivocaste, quizá quieras repasar lo que has aprendido ahora sobre el alfabeto griego.”

Quiero volver a intentarlo Quiero repasar el alfabeto

¡Qué bien lo has hecho! Si te interesa el tema, no dejes de buscar otras vasijas griegas para descifrar sus inscripciones o identificar a sus personajes. Estas piezas de cerámica tienen mucho que decirnos sobre la vida cotidiana griega y sobre la forma en que los mitos estaban presentes en ella. Muchas vasijas tienen temas literarios. Los poemas homéricos, por ejemplo, encuentran retratadas casi cada una de sus escenas en piezas de cerámica de diversas épocas. En otras vasijas podrás ver cuadros de la vida diaria: cosechas de aceituna, fiestas, escenas de pesca, de caza, de agricultura, de sexo y de comercio.

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¿Sabías que...?

¿Sabías que los griegos no siempre usaron el mismo alfabeto? Entre los siglos XVI y XIII antes de nuestra era, unos hablantes del griego primitivo, los micénicos, utilizaban un sistema de escritura silábico hoy conocido como lineal B. La historia del desciframiento de esta escritura es apasionante. Al principio se creía que el idioma escrito allí no era griego, pero a mediados del siglo XX un arquitecto (Michael Ventris) y un filólogo (John Chadwick) probaron lo contrario.

El lineal B había sido adaptado por los griegos a partir de otro sistema de escritura, también silábico, hoy conocido como lineal A. Este último había sido llevado a Grecia hacia el segundo milenio antes de nuestra era por una cultura que hablaba una lengua muy distinta al griego y bastante misteriosa: el minoico. Nadie ha podido aún descifrar el minoico, y tampoco el lineal A. Como el minoico era tan distinto al griego, su sistema de escritura era muy inadecuado para escribir en dicha lengua. Muchos sonidos del griego (muchas sílabas, para ser más precisos), no estaban representados allí, y en cambio algunas sílabas que no existían en griego tenían símbolos propios.

Para darte una idea de los problemas que representaba el lineal B, intenta escribir tu nombre tocando los símbolos que necesites para formarlo:

aa
ee
ii
oo
uu
dada
dede
didi
dodo
dudu
jaja
jeje
jojo
kaka
keke
kiki
koko
kuku
mama
meme
mimi
momo
mumu
nana
nene
nini
nono
nunu
papa
pepe
pipi
popo
pupu
qaqa
qeqe
qiqi
qoqo
rara
rere
riri
roro
ruru
sasa
sese
sisi
soso
susu
tata
tete
titi
toto
tutu
wawa
wewe
wiwi
wowo
zaza
zeze
zozo
aiai inicial
auau inicial
rairai
haha
phuphu
nwanwa
ptepte
tjatja
twetwe
twotwo
dwedwe
dwodwo
rjorjo
rjarja
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¿Qué tal? ¿Lo lograste? Seguro que si tienes un nombre como María (Ma-ri-a) o Mateo (Ma-te-o) pudiste transcribirlo sin problemas. Pero otros nombres, como Andrés o Pedro no pueden escribirse con exactitud. ¿Alguna idea de por qué sucede esto?

¡Exacto! La lineal B no tenía símbolos capaces de representar los grupos consonánticos ni las sílabas cerradas (terminadas en consonante), así que nombres como An-drés y Pe-dro, si hubieran existido en esa época, habrían tenido que escribirse como A-na-de-re o como Pe-de-ro, intercalando vocales. Si te llamas Amalia, no encontrarás en ningún lado la sílaba –li- que, sin embargo, existe en griego. ¿Qué harían los griegos en este caso? Escribirían A-ma-ri-a. Si te llamas Diego, tendrías que escribir Di-e-ko, y si te llamas Pilar, tendrías que escribir Pi-ra.

Con este esquema de sustituciones e intercalando vocales donde realmente no las había en su idioma, los micénicos se las ingeniaron bastante bien para catalogar los bienes de sus almacenes palaciegos y hacer registros burocráticos de movimientos de tropas y habitantes en tiempos de guerra.

Pero el lineal B no se dejó de usar porque fuera impreciso, sino porque la cultura micénica fue destruida por hordas de invasores que llegaron por mar hacia el siglo XIII a. C. Los palacios micénicos se quemaron, y fueron precisamente las tablillas de arcilla de lineal B que se cocieron durante los incendios las que llegaron a nosotros.

Los griegos pasaron por una fase oscura en la que olvidaron por completo el uso de la escritura, hasta que en algún momento entre el siglo X y el siglo VIII adaptaron el alfabeto semítico (a través de la versión fenicia) a su propio idioma. Este alfabeto evolucionó hasta asumir la forma que estudiarás aquí.